¡La vida es una aventura y la vida en familia aún más! Especialmente al final del curso escolar, las familias viven despedidas, transiciones y muchos momentos llenos de emociones. Aquí te comparto mis consejos aprobados por mi familia para que todos se la pasen bien durante este tiempo.

Momentos emotivos en la familia

Para mí, la vida es una aventura y la vida familiar lo es aún más. Los niños cambian, crecen y se desarrollan, y nosotros los padres también, nos guste o no. Si como padres queremos acompañar bien a nuestros hijos, también nosotros tenemos que seguir desarrollándonos. De esto nacen muchos sentimientos, por ejemplo cuando una etapa de la vida llega a su fin. Nosotros nos estamos despidiendo del «mundo del kinder». Sólo cuatro semanas más de preescolar, luego seis semanas de vacaciones de verano y después todos mis niños irán a la escuela. Y así se acaba una época muy, muy bonita. Al mismo tiempo, estoy muy contenta de que mi hijo menor empiece con la escuela y descubra un mundo nuevo. Y también estoy deseando que lleguen todos los cambios y simplificaciones que esto supondrá para nosotros como familia.

Una montaña rusa de emociones durante la última fiesta del kinder

Hace poco tuvo lugar la última fiesta de verano del jardín de infancia. Ese día yo tenía un cóctel de emociones dentro de mí:

Orgullo y alegría

Me sentí orgullosa de que mi hijo de preescolar tuviera el valor suficiente para hablar alto y claro en todas sus actuaciones y conociera todos los movimientos de la coreografía. Juntos nos alegramos de que todo haya salido tan bien y de que el tuviera una experiencia tan maravillosa.

Ternura y amor

Al mismo tiempo, me conmovió su emoción y me llené de amor y ternura por él.

Tristeza y melancolía

También me entristecía mucho que esta etapa en el kinder llegara a su fin, porque aquí me entero de tantas cosas de la jornada de mi hijo, lo acompaña a la sala de grupo por la mañana y allí lo recojo de nuevo. Y ni hablar de las hermosas, cariñosas y familiares fiestas de nuestro kinder. Por supuesto, eso hizo que se me arrasaran los ojos.

4 CONSEJOS PARA UNA DESPEDIDA CONSCIENTE DEL KINDER Y DE OTRAS ETAPAS DE LA VIDA

Para mí es muy importante despedirme conscientemente. Como coach intercultural, siempre he aconsejado a las familias que van a ser enviadas al extranjero que se despidan conscientemente de amigos, familiares y lugares favoritos.

1. Disfrutar conscientemente

Disfruto conscientemente las últimas cuatro semanas de kinder, nos tomamos nuestro tiempo durante la rutina matutina y me alegro si nos dan ganas de volarnos el kinder un día. Juntos disfrutamos de las últimas actividades y de los bellos momentos de la convivencia en el kinder. También le pregunto a mi hijo con tiempo suficiente, si hay algo que aún le gustaría hacer durante sus últimas semanas.

2. Platicar y escuchar

Platicamos en casa sobre despedidas y también escucho a mi hijo mientras comparte sus sentimientos conmigo sin interrumpirla y sin valorarlos. Como en la noche de su fiesta de verano, cuando estaba contento, agotado y un poco triste porque sabía muy bien que su etapa en el kinder estaba por acabarse.

3. Dar un espacio seguro a los sentimientos

Para mí es muy importante darle un espacio seguro a los sentimientos. Porque si reprimimos lo que sentimos, las emociones no disminuyen, sino que aumentan y a veces nos sorprenden. Las emociones son valiosas porque nos regalan mensajes de nuestro interior que quieren ser escuchados.

Por ejemplo, cuando estamos tristes por el final de una etapa. Esto me muestra que lo que me gusta mucho lo que estoy viviendo y me invita a disfrutar conscientemente de cada día de esta etapa. Y si me entristece más, entonces puedo dejar que mis lágrimas y mi tristeza fluyan en un espacio seguro.

4. Sentir, conectar y crecer juntos

Cuando sentimos conscientemente nuestras emociones y las compartimos en familia, nos conectamos y crecemos juntos superando los retos de la aventura de la vida familiar. Padres e hijos pueden aprender maravillosamente el uno del otro.

Los nuevos comienzos traen ilusión e incertidumbre

El tiempo que antecede a algo nuevo que nos gusta está lleno de ilusión, pero también de incertidumbre con una pizca de miedo. En nuestra familia nos esperan muchos cambios maravillosos, tanto para nosotros como padres, como para mí como madre y, sobre todo, para mi hijo pequeño. Ahora irá a la escuela primaria junto con uno de sus hermanos, ¡y los dos lo están deseando!

Ahora bien, el comienzo de la escuela también implica nuevos retos y situaciones, como el trayecto a la escuela, las tareas escolares, más independencia, conocer a nuevos maestros y a otros niños y sus familias. Nos despedimos de las personas a las que hemos cogido cariño en el kinder y de algunas rutinas que funcionan bien. Nuestra rutina matutina cambiará mucho. Actualmente, salimos al kinder a las 8.45. A partir de septiembre, tendremos que salir a las 7.30. ¡Más de una hora antes! ¡Más de una hora antes!

Luego hay un montón de preguntas que traen más incertidumbre: ¿Cómo se sentirá mi hijo en la escuela?   ¿Se llevará bien con los maestros? ¿Cómo gestionará la transición del juego libre del kinder a una jornada escolar estructurada? ¿Y cómo podré acompañarlo como madre?

Con mi tercer hijo, tengo una confianza básica en mis cualidades como madre, en mis hijos y también en nuestro equipo familiar de cinco, pero aún así sigue existiendo este cóctel de emociones.

3 consejos para incios conscientes

Tanto los niños como los padres tienen que volver a acostumbrarse al modo escolar después de las vacaciones de verano. Cuando empiezan por primera vez con la escuela, el cambio es aún mayor. Pero hay tres cosas que me han funcionado con cada nuevo comienzo.

1. Reservar tiempo

Desde ahora reservo tiempo en mi calendario para que en septiembre la transición a los nuevos procesos y estructuras pueda fluir y para poder acompañar a mis hijos. Cada uno de mis hijos se enfrenta a cambios: una segunda lengua extranjera para el mayor, un nueva maestra para el mediano y la ESCUELA para el pequeño. Sin duda, por la tarde necesitará recargar las pilas en casa. Y quizá también sus hermanos.

2. Autocuidado y espacio seguro

Sólo cuando estoy equilibrada y con fuerzas puedo ser consciente de mis sentimientos y los de mis hijos. Si sigo al ritmo de siempre e incluso programo muchas obligaciones para septiembre, para ponerme al día después de las vacaciones de verano, entonces ya sé que no tendré la energía necesaria para cuidar bien de mí misma y de mis hijos. Todo se volverá más agitado y la incertidumbre crecerá. Tampoco tendríamos un espacio seguro para nuestro cóctel emocional de incertidumbre, cambio, miedo, preocupación, alegría, ganas de explorar, orgullo y una pizca de nostalgia por los maravillosos años de kinder.

Todos estas emociones no sólo necesitan un espacio seguro en septiembre, sino también ahora.

3. Relajarse juntos

Lidiar con tantas emociones puede ser muy estresante. Por eso es importante asegurar suficiente descanso y relajación, tanto para los niños como para los padres. Cada uno puede descansar por su cuenta, pero padres e hijos también pueden relajarse juntos. Durante las vacaciones de verano, descubre con tus hijos qué es lo que los relaja a la vez.

Conclusión

Las despedidas y los nuevos comienzos son momentos emotivos, pero también ofrecen la oportunidad de crecer y vivir nuevas experiencias. Cuando sentimos y compartimos conscientemente nuestras emociones como familia, conectamos y crecemos juntos a través de los retos de la aventura que es la vida (familiar).

¿Cómo gestionas las despedidas, los nuevos comienzos y las emociones en tu familia? ¡Comparte tus experiencias y consejos en los comentarios!